Con la llegada del siglo XX, los intelectuales hindúes, frustrados al no poder participar en su propio gobierno, apoyaron el movimiento de independencia hindú. Los británicos habían abierto instituciones de enseñanza superior en la India, y los hindúes creyeron que podrían asumir los órganos de gobierno una vez que hubieran recibido la educación y pasado por los procesos de aprendizaje necesarios. Pero pronto se hizo evidente que no eran más que promesas vacías, pues los británicos se reservaron las altas instancias y no admitieron a los candidatos nativos sin importar lo bien que lo hubieran hecho en la universidad. Fue una política desastrosa para los británicos: habían creado una clase hindú muy ilustrada y extremadamente insatisfecha.
El primer Congreso Nacional Indio se reunió en diciembre de 1885 con 73 representantes, la mayoría de los cuales eran abogados, hombres de negocios y terratenientes. Entre otras cosas, pidieron paridad entre los candidatos hindúes y británicos en los puestos gubernativos, una reducción del dinero que la India pagaba al Reino Unido y el fin de la guerra anglo-birmana, que básicamente combatían soldados hindúes a las órdenes de oficiales británicos. El Congreso Nacional Indio comenzaría a pedir el autogobierno a principios del nuevo siglo.
En cambio, los musulmanes temían que la mayoría hindú del Congreso Nacional no velara por sus intereses, y crearon una organización paralela, la Liga Musulmana, para luchar por la independencia musulmana. Esta Liga y el Congreso Nacional Indio encontraron muchos problemas para trabajar juntos y, a la larga, las discrepancias entre ambos tendrían resultados catastróficos para el país.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, el Congreso Nacional Indio apoyó con entusiasmo a los británicos en la guerra. De hecho, el propio Gandhi viajó por los pueblos hindúes pidiendo a los hombres que se enrolaran en el ejército británico. Tenían la esperanza de que el Reino Unido les devolviera el favor con concesiones políticas, quizá incluso con la independencia. Como los británicos no se apresuraron a satisfacer sus expectativas, el resentimiento hindú creció.